Deporte y actitud: 7 libros con lecciones inspiradoras para la vida
Nadie puede gestionar el éxito sin estar preparado para el fracaso. Por eso el testimonio de los deportistas de élite es tan valioso como referencia para afrontar los reveses del día a día. Porque quien quiere superarse necesita algo más que voluntad y estrategia: tiene que conocer sus límites.
NADA ES IMPOSIBLE – Kilian Jornet
Kilian Jornet ha entrenado su cuerpo y su mente desde niño. Por eso está preparado para cualquier giro inesperado en su trayectoria. Ha superado retos que están al alcance de muy pocos, más allá de los límites conocidos de la resistencia humana.
Para que tus sueños se hagan realidad es imprescindible tener pasión y constancia. En el caso de Kilian, además, hay que sentir respeto por la naturaleza. Por eso ha ganado varios campeonatos de esquí de montaña y ha ascendido al Everest, sin cuerdas ni oxígeno ni ayuda de sherpas, en 26 horas.
En este libro, Kilian comparte recuerdos, experiencias y reflexiones de alguien que ha sabido escoger el camino correcto antes de dar el primer paso. «Hay gente que entrena para competir. Hay quien compite para entrenar. Yo soy de los segundos. Para mí, el entrenamiento es una forma de vida: consiste en trabajar cuerpo y mente para rendir en una actividad concreta».
DE QUÉ HABLO CUANDO HABLO DE CORRER - Haruki Murakami
Un escritor de la talla de Murakami tiene mucho que decir sobre una actividad cada vez está más extendida en entornos urbanos: correr. La literatura y el deporte tienen puntos en común. Ambos requieren una actitud reflexiva y una ética del esfuerzo. Y en las dos disciplinas es imprescindible saber perder. «El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional».
Para él, su vida como escritor es indisociable de su faceta deportiva. Sin embargo, estas no fueron unas pasiones tempranas: hasta los 30 años regentó local de jazz en Tokio. Lo dejó para dedicarse de lleno a la literatura y, al mismo tiempo, empezó a correr. Su testimonio resulta muy instructivo, no solo a quien quiera iniciarse como runner, sino para cualquiera que tenga metas en la vida.
«Una persona, sea quien sea, no puede ganar siempre. En la autopista de la vida no es posible circular siempre por el carril de adelantamiento. A pesar de todo, no quiero caer varias veces en el mismo error. Quiero aprender algo de ese error y aprovechar la lección aprendida para la siguiente ocasión».
GREGARIO - Charly Wegelius
Tuvo un rol decisivo en el ciclismo internacional. Sin embargo, nunca subió a un podio. Su función, como la de tantos otros, era la de contribuir a que el jefe del equipo llegase a la meta. En todo pelotón, los soldados rasos son imprescindibles para alcanzar la victoria. Aunque para ello renuncien al reconocimiento de forma individual.
Gregario es un testimonio honesto y crudo sobre el verdadero significado del trabajo en equipo. En esta historia no hay dopaje ni trampa. Es la voz de los que cumplen con su deber, siempre con la certeza de quien sabe que su nombre nunca estará en los titulares. Son quienes sufren la incertidumbre y la precariedad sin renunciar a sus sueños.
«Durante 11 años fui un ciclista profesional, compitiendo en las carreras más difíciles y más grandes de la Tierra. Tenía demanda de los mejores equipos del mundo, era un atleta de élite bien pagado. Pero nunca gané una carrera. Fui la ayuda contratada».
BAJO EL ARO - Pau Gasol
Todos necesitamos valores. No importa a qué te dedicas: sin ellos es improbable que alcances la excelencia. Pau Gasol ha querido compartir con el público las claves que le han permitido llegar a lo más alto en el mundo del baloncesto. Además de talento y esfuerzo, su carrera también ha requerido equilibrio y capacidad para reinventarse.
Mucha gente nace con un talento especial, pero muy pocos tienen la oportunidad de demostrarlo. En este sentido, Pau tuvo la suerte de contar con el apoyo de su familia. No solo creyeron en él, sino que le inculcaron una filosofía que le permitió desarrollar todo su potencial.
«Nadie dijo que fuera fácil alcanzar tus sueños. Pero si tienes una pasión verdadera y depositas todas tus esperanzas en ella, el esfuerzo para conseguirlos siempre te compensará».
EL GRAN SALTO – Gervasio Deferr
Es duro esforzarse al máximo para alcanzar una meta y, con la misma intensidad, emprender un camino de bajada hacia la autodestrucción. Gervasio Deferr lo tenía todo hasta que el alcohol y las malas decisiones arruinaron su vida como campeón olímpico de gimnasia.
Esta es una historia de superación: después de 25 años dedicados al deporte (fue oro olímpico en Sidney 2000 y Atenas 2004), quedo atrapado en un infierno. Sin embargo, consiguió escapar cuando supo usar su experiencia para ayudar a los demás. Así venció a sus demonios: entrenando a niños sin recursos en un gimnasio de La Mina, en Barcelona.
«La mayoría de la gente solo sabe de mí que gané dos oros y una plata olímpicas en gimnasia y que me quitaron una medalla mundial por un porro, pero muy pocos saben el precio que pagué por la gloria y todo lo que sufrí antes y después de mi retirada».
OPEN: MEMORIAS - André Agassi
En este libro está el testimonio y el corazón del campeón. Su relato aporta, además, una calidad literaria indiscutible: ha sido escrito en colaboración con el premio Pulitzer J. R. Moehringer. Con humor y sinceridad, Agassi revela las contradicciones en las que se vio envuelto cuando estaba en la cima.
Tuvo su primera raqueta de juguete cuando era un bebé y aprendió que no es oro todo lo que reluce en el mundo de la alta competición. Supo desde siempre lo que significaba enfrentarse a las presiones de su familia y la fama, y se sacrificó para complacer a quienes habían creído en él. Pese a todo, nunca perdió de vista el valor de la amistad.
«Odio el tenis, lo detesto con una oscura y secreta pasión, y sin embargo sigo jugando porque no tengo alternativa. Y ese abismo, esa contradicción entre lo que quiero hacer y lo que de hecho hago, es la esencia de mi vida».
ONCE ANILLOS - Phil Jackson
Ha conquistado más campeonatos de baloncesto que ningún otro entrenador en la historia del deporte. Phil Jackson estuvo al frente de los Chicago Bulls y Los Angeles Lakers y se ganó entre los expertos el apelativo de «el Maestro Zen». No en vano exploró todo tipo de disciplinas, desde la psicología hasta la meditación.
Sus memorias muestran los secretos de su estilo de liderazgo. Fue un entrenador que sabía inspirar y plantear retos a su equipo. Y no solo eso: también era capaz de que cada jugador se librara de los lastres más perniciosos: el miedo, la ira y el ego.
«Algo que he aprendido como entrenador es que no puedes imponer tu voluntad a los demás. Si quieres que se comporten de otra manera, tienes que servirles de fuente inspiración para que cambien por sí mismos. (…) Con el paso del tiempo descubrí que cuanto más hablaba desde el corazón, más jugadores me oían y se beneficiaban de lo que conseguí».