Carmen Mola se despide de Elena Blanco para siempre

¿Qué pasa cuando la violencia se viste de fiesta? Carmen Mola cierra la saga de la inspectora Elena Blanco haciendo de su enemigo un villano sin rostro, aunque cercano como el que más. Ganador de un Premio Planeta, el tridente literario parte de la guerra civil liberiana como punto de partida para El Clan.

 

Vestidos de boda, pelucas escarlatas, alas de ángel; bajo el brazo, metralletas. Así se presenta la imagen de unos niños liberianos durante la guerra civil del país. En ella, Carmen Mola ve los resquicios de una sociedad de títeres controlados por las manos equivocadas, por el Clan.

No hay charco de sangre libre de culpable, y en este caso la incriminada es la inspectora Blanco. Tras su ausencia por fugitiva, una inspectora sospechosa de haber sido enviada por el Clan con el objetivo de acabar con la BAC pasa a ocupar el puesto vacante. Elena no solo tendrá que demostrar su inocencia, sino también salvar a la Brigada del asesino más cruel y menos compasivo que existe: el sistema. En palabras de los propios autores: “Queríamos un final de fiesta importante para la BAC. Y entonces buscamos el villano que más miedo nos daba, que es un villano sin cara”.

En esta quinta y última entrega de la saga, Carmen Mola se dispone a escribir sobre esa fina línea que separa la realidad de la ficción. Nuevos personajes entran en el universo de Elena Blanco en aras de ayudar a entender historias difíciles de contar, como lo es esta lucha utópica e ingenua entre la sociedad y un órgano integrado por fuerzas empresariales, políticos y cuerpos de la ley y la justicia.

Gracias a las subtramas y las relaciones entre personajes a lo largo de la saga, los autores consiguen un sentimiento de redondez para cuando el lector llega a la última página. Si bien es cierto que cada volumen puede leerse de forma independiente, los que son fieles seguidores reconocen las sutiles referencias y guiños, o el hecho de que La novia gitana empieza con Elena buscando a su hijo y El Clan termina con Zárate buscando a su padre. Un equilibrio final sorprendentemente grato, aunque, según los autores, sin premeditación alguna.

De guionistas de academia a novelistas, Antonio Mercero, Jorge Díaz y Agustín Martínez han irrumpido en el panorama editorial español de forma espontánea y novedosa. En 2017, conquistaron al lector bajo el pseudónimo de Carmen Mola y, tras galardonar la novela La bestia con el Premio Planeta, 2021 fue el año en el que salieron del anonimato para todos los medios y seguidores intrigados. Desde entonces, las múltiples entrevistas demuestran que quitarse la máscara no fue el fin de Carmen Mola. De hecho, su presencia es tal que no pueden discutirse los motivos de su razón de ser: poner la obra por encima del autor.  

Lo que está claro es que su anterior paso por las bambalinas del cine y la televisión le ha servido para darle una muerte digna a este personaje tan querido: “Queríamos que no muriera por abandono, sino que muriera por una decisión nuestra”, comparten en esta última gira. Ante el fin del thriller, ¿se podría decir que El Clan cierra una tercera etapa en la trayectoria literaria de Carmen Mola?