¿Duermes o descansas? Cómo mejorar la calidad de nuestro sueño

En las horas de reposo nocturno está la clave de nuestro bienestar físico y mental.

Debido al estrés y las preocupaciones del día a día, no siempre dormimos el tiempo mínimo recomendable. Y no solo es cuestión de cronometraje: la calidad del descanso es crucial.

Esta es una cuestión que suele cobrar importancia al volver de vacaciones. ¿Qué podemos hacer para dormir mejor? Te damos algunas ideas para esta época del año.

  1. Sigue un horario, aunque todavía estés de vacaciones. Piensa que si te marcas ya una hora fija para ir a dormir, tu cuerpo te lo agradecerá cuando vuelvas al trabajo. Fíjate también una hora para despertar.
  2. Aprovecha para hacer siestas breves, si todavía no descansas bien. Son una forma natural de reponer energías, y no siempre podemos hacerlas durante el resto del año. Eso sí, que no duren más de media hora.
  3. Desconecta. Durante el día, la exposición a la  luz solar informa a nuestra mente de que hay que despejarse y ser productivos. El problema es cuando llega la noche y el cerebro confunde la luz azul de los dispositivos electrónicos con la iluminación diurna. Por eso es aconsejable no estar pendiente del móvil antes de ir a dormir.
  4. Haz un poco de ejercicio. Es la forma más natural de liberar tensiones y ahuyentar el insomnio. Es preferible que no sea a última hora.
  5. Prepara el ambiente. La habitación en la que descansas debe cumplir unos mínimos requisitos: debe ser cómoda y estar a una temperatura agradable (entre 19 y 22 grados).
  6. Evita cenar tarde (y vigila la cantidad). Tu cuerpo no debería estar haciendo la digestión mientras duermes.
  7. Intenta dejar la mente en blanco antes de ir a dormir. Es más difícil de lo que parece, pero vale la pena intentarlo. Hay varios tipos de técnicas de relajación que dan buenos resultados.

 

Por último, piensa que el descanso también puede ser cosa de dos. Y eso depende del colchón que se escoja para dormir en pareja. En el mercado existen productos que se confeccionan en función de la ergonomía y los hábitos de descanso de cada persona. Además, la tecnología permite que cada colchón se pueda personalizar en dos zonas distintas, con su firmeza específica, para cada miembro de la pareja.