Argumentos gastronómicos: películas y series para abrir el apetito

Aunque (de momento) no percibimos sabores ni olores a través de una pantalla, la comida es un ingrediente esencial en algunas películas y series. Las cazuelas humeantes, las cocinas que funcionan a ritmo de sala de máquinas y las recetas por las que algunos matarían provocan una fascinación muy especial.

 

7 películas sobre gustos, pasiones y mucho más:

EL FESTÍN DE BABETTE (1987)

Basada en un relato de Karen Blixen, nos presenta a la joven Babette. Acaba de huir de París en los años de la guerra franco-prusiana y se refugia en un pueblo de Dinamarca. Su vitalidad contrasta con el puritanismo de las dos ancianas que la acogen. Sin embargo, para agradecer su hospitalidad, Babette prepara uno de los banquetes más espectaculares de la historia del cine. El resultado incluye codornices rellenas de trufa negra y foie, los mejores quesos y vinos franceses y un Óscar a la mejor película de habla no inglesa.

 

COMO AGUA PARA CHOCOLATE (1992)

Basada en la novela de Laura Esquivel, nos cuenta la historia de Tita en tiempos de la Revolución mexicana. Su historia de amor con Pedro puede no hacerse realidad por culpa de una tradición injusta: la madre de Tita quiere que su hija menor permanezca soltera. Solo así se asegura que alguien la cuidará en su vejez. Los sabores de la cocina mexicana acompañan a los dos jóvenes mientras sufren por su pasión secreta. Pero su historia perdurará para siempre.

 

COMER, BEBER, AMAR (1994)

Chu es un cocinero veterano y viudo que vive con sus tres hijas solteras: Jia-Jen, maestra de química y muy religiosa; Jia-Chien, ejecutiva de éxito de una línea aérea; y Jia-Ning, camarera en un restaurante de comida rápida. Mientras Taiwán se abre paso hacia la occidentalización, Chu y sus hijas siguen un rito semanal: cada domingo se reúnen en torno a un almuerzo cuidado al detalle. Sus problemas, miedos y deseos forman también parte del menú.

 

CHOCOLAT (2000)

A finales de los cincuenta, Vianne (Juliette Binoche) llega con su hija a un pueblo francés que se mantiene anclado en una moral estricta. Allí inaugura una chocolatería y sorprende a sus nuevos vecinos con un don muy especial: es capaz de descubrir cuál es el chocolate que complacerá a cualquiera que se acerque a su tienda. Y, según una leyenda maya, el cacao tiene la virtud de despertar los deseos ocultos. Eso ya resulta molesto a la parte más conservadora del pueblo, entre los que no se encuentra un aventurero llamado Roux (Johnny Depp).
 

RATATOUILLE (2007)

Un clásico de Pixar con un protagonista inolvidable. Remy tiene un sueño: ser un gran chef francés. A su favor tiene el hecho de que ya vive y sueña en Francia. Solo tiene que salvar dos obstáculos: su familia se opone a que elija esa profesión y, lo más importante, Remy es una rata. ¿Se puede imaginar una especie menos avenida con el arte culinario? No importa. El destino lo llevará a través de las alcantarillas parisinas, hasta llegar al lugar ideal para mostrar su habilidad con los fogones.

 

JULIE Y JULIA (2009)

Nora Ephron (escritora y guionista de, entre otras películas, Cuando Harry encontró a Sally) escribió y dirigió esta historia basada en hechos (y recetas) reales. Julie (Amy Adams) es una fan apasionada de la célebre chef estadounidense Julia Child (Meryl Streep). Por eso decide llevar a la práctica las 524 recetas de El arte de la cocina francesa, el best seller de Child. El resultado son dos relatos paralelos que ocurren, respectivamente, en el París de los 50 y el Nueva York de los 2000.

 

UN VIAJE DE DIEZ METROS (2014)

Hassan creció rodeado de los aromas de la cocina tradicional de Bombay. Ahora es un profesional respetado. Conoce todos los matices y sabe cómo dar un toque exquisito a cualquier plato. Hasta que se ve obligado a dejar su tierra y se instala con su familia en un pequeño pueblo de Francia. Allí abre un nuevo restaurante indio, pero se encuentra con un problema. A solo diez metros hay un local que posee una estrella Michelin, regentado por Madame Mallory (Helen Mirren). La disputa está servida.

…y 4 series para degustar a tu ritmo (ojo con los atracones)

 

THE BEAR (Disney+)

Carmy Berzatto, un joven chef de Chicago con una gran reputación en su sector, tiene que hacerse cargo de un pequeño negocio de bocadillos fundado por su hermano, recién fallecido. El proyecto no pasa por su mejor momento. Además, ni la plantilla, ni sus propios demonios internos le van a poner las cosas fáciles. Sin embargo, apuesta por sacar adelante el local que ha heredado con todos sus problemas y cuentas pendientes. Jeremy Allen White ha recibido un Globo de Oro por su papel protagonista.

 

LA CANTINA DE MEDIANOCHE: HISTORIAS DE TOKIO (Netflix)

Esta pequeña taberna tiene unas reglas muy claras: abre a las 12 de la noche y cierra las 7 de la mañana, cuenta con una carta reducida y el dueño prepara cualquier plato que le pidas, siempre que tenga los ingredientes necesarios. Cada noctámbulo que entra por la puerta (desde yakuzas sibaritas a ejecutivos solitarios, pasando por policías y actores porno) aporta una historia personal en esta serie basada en un manga de gran éxito en Japón.

 

COCINA CON QUÍMICA (Apple TV)

En los años 50, Elizabeth ejerce como química en el Hastings Research Institute. Es la única mujer en un equipo de hombres que no la toman en serio. Hasta que le ofrecen presentar un programa culinario de gran audiencia. Cuando acepta el reto, no se contenta con ofrecer recetas y trucos de cocina casera, sino que decide divulgar métodos científicos a toda una nación de amas de casa. Por supuesto, se ganará unos cuantos enemigos. Basada en la novela Lecciones de Química, de Bonnie Garmus.

 

FOODIE LOVE (HBO)

Dirigida por Isabel Coixet, nos presenta a dos jóvenes que empiezan a conocerse a través de su interés por descubrir sabores nuevos. Su viaje gastronómico incluye paradas en Nueva York, Helsinki, Barcelona, Tokio y Roma. Antes de su primera cita están de acuerdo en esta reflexión: «Si te apasiona la comida no puedes ser un imbécil del todo. O sí». Por supuesto, pronto descubrirán que tienen en común mucho más que su afición por las emociones culinarias.