Clásicos a la primera: 10 escritores célebres por una única novela
Hay quienes lo intentan toda la vida sin conseguirlo, mientras que a otros les basta un título parta alcanzar la inmortalidad. Algunos apostaron por la novela una sola vez. Después, puede que volvieran a probar sin éxito o que cultivaran su talento en otros géneros. Los motivos son lo de menos: esta lista está llena de obras únicas.
J. D. Salinger – EL GUARDIÁN ENTRE EL CENTENO (1951)
El relato de dos días en la vida de Holden Caulfield, un chaval de 16 años en plena encrucijada vital, bastó para crear un libro con el que se han identificado varias generaciones de adolescentes (y no tan adolescentes) por su visión de la alienación y la pérdida de la inocencia. Holden es alérgico a la falsedad del mundo adulto y busca respuestas. Por supuesto, quienes se cruzan en su camino no siempre comprenden sus preguntas.
Harper Lee – MATAR A UN RUISEÑOR (1960)
A partir de recuerdos de su infancia (y de un suceso real), Harper Lee cautivó a los lectores y consiguió el Pulitzer con una obra que combina ternura y humor, sin eludir temas como los prejuicios raciales, el odio e incluso un juicio por violación. Este es uno de esos ejemplos de éxito que nadie podía haber previsto y que, además, dio lugar a una gran película, con Gregory Peck en el papel del inolvidable Atticus Finch.
Mary Shelley - FRANKENSTEIN O EL MODERNO PROMETEO (1818)
Todo el mundo conoce al monstruo protagonista (cuyos ecos llegan hasta hoy a través de películas como Pobres criaturas). A los 16 años, la autora de esta obra pionera se fugó con el poeta Percy Shelley, casado, de 21. Durante uno de sus viajes, la pareja visitó a Lord Byron en su mansión suiza. En una noche sin luna, surgió un reto literario: ¿quién sería capaz de escribir el relato más terrorífico? Ya sabemos quién fue la ganadora.
Emily Brontë – CUMBRES BORRASCOSAS (1847)
Incomprendida en su día por su estructura inusual, sigue fascinando por su intensidad y calidad poética. ¿Es una novela de amor? ¿Es la historia de una venganza? Cumbres borrascosas es, entre otras cosas, el relato de una obsesión sin límites entre el rencoroso Heathcliff y la atormentada Catherine. Lo gótico se hizo pop cuando muchos lectores jóvenes descubrieron esta novela a través de la saga Crepúsculo.
Boris Pasternak - DOCTOR ZHIVAGO (1957)
La épica del argumento es comparable a la persecución que sufrió el autor por parte del régimen soviético (la novela no se publicó en su tierra hasta 1987). Yury Zhivago, médico y poeta, ve cómo su vida se hace pedazos por la guerra y los efectos de la Revolución de 1917. El amor de Yuri por Lara se refleja los poemas que Pasternak, poeta como su personaje, dejó en las páginas más conmovedoras de la novela.
John Kennedy Toole - LA CONJURA DE LOS NECIOS (1980)
Otro caso (quizás el más grave) de incomprensión, aunque la novela recibió el Pulitzer y se convirtió en un éxito de ventas. Todo ello de forma póstuma: el autor se suicidó en 1969 y fue su madre quien consiguió que el manuscrito viera la luz una década después. Este preámbulo oscuro no empaña el humor descacharrante de la novela, ni el carisma de un protagonista tan desagradable como hipnótico: Ignatius Reilly.
Juan Rulfo - PEDRO PÁRAMO (1955)
Fue precursor del realismo mágico y, un buen día, dejó de escribir para siempre. García Márquez dijo de Pedro Páramo que ninguna lectura le había conmovido tanto desde Kafka. La novela arranca con la promesa que Juan Preciado hace a su madre moribunda: ir en busca de su padre, un cacique a quien nunca ha conocido. Este viaje nos lleva hasta un pueblo mítico, llamado Comala. A partir de ahí, nada es previsible.
Ralph Ellison – EL HOMBRE INVISIBLE (1952)
El narrador de esta historia no se declara «invisible» en un sentido literal. Lo es por el color de su piel. Relegado a la condición de ciudadano de segunda clase, su voz se convierte en la personificación de todo ser humano a quien la sociedad elige ignorar. Ellison, afroamericano como su protagonista anónimo, conquistó la gloria literaria con esta cruda alegoría de los prejuicios y la discriminación latente.
Margaret Mitchell - LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ (1936)
Fue un best seller instantáneo, ganó el Pulitzer y dio lugar a un clásico cinematográfico. La historia de supervivencia de Scarlett O’Hara muestra hoy aspectos controvertidos (la visión que los personajes tienen de la esclavitud, por ejemplo). Pero la protagonista sigue siendo una heroína fascinante por su lado tenebroso, sus contradicciones y, por supuesto, su tenacidad a prueba de corrección política.
Oscar Wilde – EL RETRATO DE DORIAN GREY (1890)
La reputación de Wilde abarca una producción amplia (teatro, ensayo, cuentos) pero esta fábula estremecedora fue su única novela. La idea de vender el alma a cambio de la juventud eterna sigue siendo un reflejo grotesco de nuestra obsesión por la imagen. El problema es que Dorian no se contenta con los placeres, sino que se ve impulsado a ejercer el mal. Y solo el siniestro cuadro muestra su verdadero rostro.