Brillante, mordaz y divertida: el genio de Fran Lebowitz
El libro Un día cualquiera en Nueva York recupera en castellano las obras que convirtieron a Fran Lebowitz en una escritora única en su género.
Fran Lebowitz ya era todo un personaje antes del éxito de la serie de Netflix en la que despliega su oratoria demoledora. Supongamos que Nueva York es una ciudad, dirigida por Martin Scorsese, ha sido para muchos la carta de presentación de una autora hilarante y provocadora. Pero su leyenda tiene raíces en la vida neoyorkina de los años setenta.
Demostró su ingenio en sus artículos para Interview, la revista fundada por Andy Warhol. Se codeó con celebridades, estrellas fugaces del underground y músicos que han dejado huella en cualquier estilo: desde Charlie Mingus a los New York Dolls. Antes de convertirse en escritora llegó a trabajar como taxista, y nunca ha abrazado la corrección política. Nadie está a salvo de sus observaciones agudas, y sus opiniones siempre aportan puntos de vista interesantes y, por supuesto, divertidos.
Queda muy poco del Nueva York que hoy solo se ve en películas clásicas, pero Fran Lebowitz no deja de mirar a su alrededor y de expresarse con absoluta libertad. Una de sus peculiaridades es que, aunque hace décadas que dejó de escribir, sigue siendo reconocida como escritora. Sin embargo, cada vez que formula una de sus opiniones es como si leyera en voz alta una de las columnas que la hicieron famosa.
Un día cualquiera en Nueva York nos devuelve sus escritos míticos. Son páginas en las que nos habla de ambición y de facturas sin pagar, de esnobismo y de sueños que sería mejor no ver cumplidos jamás. Su estilo es ágil y desinhibido, y siempre da en el clavo a la hora de ofrecer buenos consejos, de los que nunca pasan de moda. Tal vez porque hay lecciones que nunca han estado de moda. «Piensa antes de hablar. Lee antes de pensar».