11 biopics musicales que han hecho historia

El estreno de Elvis confirma la tendencia. Las películas basadas en la vida de las estrellas de la música existen desde hace décadas, pero es ahora cuando cuentan con mayor aceptación. Son historias con un esquema infalible: inicios humildes, éxitos inesperados, decadencia, descenso a los infiernos y redención. Y si incluyen buenas canciones, mucho mejor.

 

TINA (WHAT'S LOVE GOT TO DO WITH IT, 1993)

Basada en la autobiografía de Tina Turner, la película muestra los inicios de la carrera de la Reina del Soul y su turbulenta relación con su marido Ike. Su historia, a diferencia de muchas otras, tuvo un giro positivo. Tina pudo escapar de los abusos y se acabó convirtiendo en una estrella a nivel internacional. A destacar la gran interpretación de la pareja protagonista (Angela Bassett y Laurence Fishburne).

 

ROCKETMAN (2019)

Imaginativa, surrealista y dinámica… como el propio Elton John en sus mejores momentos. Una buen ejemplo de que, en muchas ocasiones, es más importante la química entre dos creadores que su talento individual, por desmesurado que este sea. La colaboración entre Elton y el letrista Bernie Taupin dio origen a una serie de composiciones inolvidables. La moraleja es que las drogas y los excesos no te convierten en mejor compositor de lo que ya eres.

 

 

EN LA CUERDA FLOJA (WALK THE LINE, 2005)

Una gran interpretación de Joaquin Phoenix (que nos convence de que es el mismísimo Johnny Cash a pesar de que su voz no se parece en nada a la del Hombre de Negro). Tanto él como Reese Witherspoon, en el papel de June Carter, recibieron el Óscar por una película que descubrió la música y la personalidad de Cash a una nueva generación de fans de la música con raíces. Uno de los méritos del filme es que no intenta blanquear los aspectos más oscuros del protagonista.

 

BOHEMIAN RHAPSODY (2018)

Un éxito impredecible (recaudó más de 900 millones de dólares) que volvió a lanzar el interés por las canciones de Queen a nivel mundial. Interpretar a Freddie Mercury era un reto difícil, pero Rami Malek lo supera (y evita caer en la caricatura). Los biopics musicales siempre tienen detractores (sobre todo si tienen éxito en taquilla), pero nadie puede discutir la fuerza dramática del personaje y la escalada épica que se despliega en el último acto de la película.

 

BIRD (1988)

Clint Eastwood retrató con elegancia y, sobre todo, con gran conocimiento sobre el tema, al mítico Charlie Parker en una de las mejores biografías jazzísticas de la historia del cine. Forest Whitaker da vida al saxofonista en una historia que se define por contrastes intensos: de la genialidad a la inconsciencia y desde las armonías que revolucionaron la música del siglo XX hasta los abismos más profundos de la toxicomanía.

 

EL OCASO DE UNA ESTRELLA (LADY SINGS THE BLUES, 1972)

Uno de los pocos casos en que una estrella por derecho propio (Diana Ross) interpreta a la protagonista de un biopic (Billie Holiday). Era su primer papel en el cine, y la diva de Motown lo bordó. Los aspectos más sórdidos de la historia original (drogas, prostitución) se muestran tal y como era posible en una película de 1972. El resultado emociona y la recreación musical es exquisita. Incluye la participación de Richard Pryor como pianista.

 

RAY (2004)

Si hay una historia de superación, tenacidad y éxito ganado a pulso, es la de Ray Charles. Tuvo una infancia humilde, perdió la visión a los 7 años y vio morir a su hermano de forma trágica. Gracias a su talento se convirtió en uno de los músicos más influyentes del siglo XX, más allá de modas y estilos. Jamie Foxx consigue el milagro de transformarse en la leyenda, y el resultado es un irresistible vendaval de joyas como I Got a Woman o Georgia on My Mind.

 

ELVIS (2022)

El planteamiento es sorprendente. Conocemos la historia del Rey del Rock a través de un villano de película (pero que existió en la realidad): el «Coronel» Tom Parker, prototipo de manager manipulador y parasitario, interpretado por un irreconocible Tom Hanks. Austin Butler ofrece una de las encarnaciones más convincentes de Elvis que se han visto en la pantalla. Y al frente del proyecto está Baz Luhrmann, el director de Moulin Rouge (2001).

 

I’M NOT THERE (2OO7)

Ante la dificultad de encontrar al actor ideal para encarnar a una figura legendaria, sobre todo si esta sigue en activo (y si, además, se trata de Bob Dylan), este biopic encontró una solución insólita. Para reconstruir seis episodios significativos en la vida del autor de Like a Rolling Stone se optó por usar a seis actores diferentes. Entre ellos, Richard Gere, Christian Bale y —atención— Cate Blanchett. Y el resultado funciona. 

 

SID Y NANCY (1986)

El primer papel protagonista de Gary Oldman fue una oferta que, en un principio, no quería aceptar. No le interesaba la desastrosa vida de Sid Vicious, el bajista de los Sex Pistols. Sin embargo, la actuación de Oldman transformó un relato confuso en el primer gran biopic sobre la era punk. Es también una historia sobre la autodestrucción y, curiosamente, el retrato de un amor desesperado entre dos seres trágicos, víctimas de sus propias contradicciones y nacidos para perder.

 

QUIERO SER LIBRE (COAL MINER’S DAUGHTER, 1980)
No hace falta ser experto en la vida de Loretta Lynn (ni ser un gran fan del country) para reconocer que esta es una gran historia: una joven humilde de Kentucky, madre de cuatro hijos antes de los 20, llega a ser una de las grandes estrellas del género. La película te atrapa gracias a la gran interpretación de Sissy Spacek, que también canta en la banda sonora. El resultado fue un merecido Óscar a la mejor actriz.